10. Los SS.CC. en Colombia breve historia.

 Historia ss.cc. en Colombia.




Era el mes de enero de 1962, cuando el P. Adalberto Vanfrachem, pisaba el suelo colombiano. Es el comienzo de nuestra presencia en esta tierra colombiana. Nuestras Hermanas ya se encontraban en Colombia con sus obras desde 1945. El primer paso fue colaborar como vicario en varias parroquias en Bogotá, hasta el 7 de junio de 1962, que se nos confió aquella parcela del Reino de Dios en Bogotá, que llegó a ser la Parroquia de San Mateo en el barrio Simón Bolívar.


Ese mismo año llega de Bélgica el P. Winfrido Vercraeye, y en 1963, ya eran cinco padres: Adalberto y su hermano Manuel, Fernando Klinkenberg y Javier Manpaey, trabajando en Bogotá en: Parroquia San Mateo, 1962 al 2001; Colegio vocacional Pablo VI, 1964 a 1970; Parroquia Cristo Sacerdote, 1966 a 1971; Parroquia La Natividad de Nuestra Señora, 1971 a 1987. En Medellín: Parroquia Santo Sepulcro, 1963 a 1988?; Parroquia María Reina, 1967 a 1977. En Cali: Parroquia de la Anunciación, 1964 a 1970. En Cartago: Parroquia San José Obrero, 1963 a 1972.

Al comienzo existió la preocupación de implantar la Congregación con la acogida de jóvenes colombianos que se logra sólo hasta 1982,  cuando se reciben los primeros jóvenes al Postulantado. En 1989, es ordenado sacerdote el primer Hermano colombiano: Orlando Cubillos.  Para 1992, se tiene ya una casa destinada para cada etapa de la formación inicial: Postulantado en el barrio Simón Bolívar, en Bogotá Noviciado en Puente Piedra Cundinamarca y Casa de Profesos en el barrio Las Ferias de la capital colombiana. La formación se internacionaliza (desde 1996) con el envío de Hermanos que van a realizar su noviciado a Brasil y Chile, compartiendo estas etapas cono jóvenes de la Congregación en América Latina. 

En 1996, se extiende el trabajo con la Parroquia Santa Bárbara del municipio de Vergara Cundinamarca hasta enero de 2013. Se asume la Parroquia la Parroquia San Antonio de Padua (2.000) en el municipio de Mosquera Cundinamarca y Nuestra Señora de Lourdes (2.002-2017) en Algeciras, Huila. En enero de 2014, se nos confía la nueva parroquia en Bogotá cerca al santuario del Divino Niño, cuyo patrono es nuestro hermano San Damián de Molokai, allí viven dos hermanos sacerdotes ss.cc. junto con los jóvenes profesos (2) que terminan la teología. 

En 1997, se elige el primer Superior Regional colombiano, P. Orlando Cubillos. El 4 de junio de 2003, somos establecidos como Viceprovincia de Colombia, el primer superior es el P. Elí.
En Julio de 2017, somos una solo Provincia al unir a Colombia - Puerto Rico, Ecuador y Perú. Nace la Provincia Andina SS.


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El carisma de nuestra Comunidad Sagrados Corazones SS.CC.

La misión principal de sus miembros se sintetiza en su compromiso de contemplar, vivir y anunciar el amor de Dios encarnado en Jesús, de modo particular a través del servicio en favor de los más necesitados y de la adoración eucarística.


Contáctenos:

Página web: andinasscc.com ssccpicpus.com
E- mail: sersscc@gmail.com
Facebook: ser sagrados corazones Colombia
Blog: pvsersscc-colombia

Comisión de Pastoral Vacacional ss.cc.:
Miguel Ortega  (WhatsApp 311 5992655)
Fabián Cifuentes 311 2697875,
Arnoldo Fernández.

Bogotá, Calle 78 N. 62-23. Barrio Simón Bolívar.
Tel. 225 03 42.

En la actualidad estamos dedicados a servir en:

Parroquias (en Bogotá, Mosquera-Cundinamarca, Algeciras-Huila, Guaynabo-Puerto Rico; la Educación (Colegio Sagrados Corazones de Guaynabo-Puerto Rico, San Damián en Bogotá), Fundación Padre Damián que atiende a niños. Para conocer más visita nuestra web: sscccolombia.com En Perú y Ecuador, también se tiene presencia parroquial en las capitales y en los campos, como también colegios. 

Tres maneras de ayudar en la Pastoral Vocacional:

1.     Animar a los jóvenes a descubrir el camino que Dios quiere para ellos.
2.    Orar, por las vocaciones.
3.    Donar, para que los jóvenes que ingresan puedan seguir su proceso formativo.

A los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Honor y gloria. Amén.



“Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia, y transmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado.” Aparecida, 18.

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